Al instante, la piel del contorno de ojos se alisa, la mirada se ilumina, las ojeras se suavizan y los signos de fatiga disminuyen. Hidratada, nutrida, fresca y descansada, la mirada irradia juventud y belleza. Día tras día, las ojeras y las bolsas van desapareciendo. El contorno de ojos está cada vez más liso, devolviendo una mirada más joven. Rebosante de energía, la mirada se abre y recupera la belleza de todo su poder expresivo.